viernes, 6 de mayo de 2022

Mensaje para la Jornada Mundial de Oracion por las Vocaciones 2022

Mensaje para la 59 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2022


   En el Video tienes un podcast para escuchar el Mensaje COMPLETO para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2022 del Papa Francisco. 

   El lema es Llamados a edificar la familia humana

Señor danos muchos y santos sacerdotes.

lunes, 1 de febrero de 2021

Mensaje Jornada de los enfermos 2021

 Jornada Mundial del enfermo 2021

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XXIX JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO. 

Uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8).  La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo. 

 



   Queridos hermanos: La celebración de la 29.a Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar el 11 de febrero de 2021, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas.

jueves, 5 de noviembre de 2020

Mensaje Jornada de los pobres 2020

MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO PARA LA 4ª JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

   Se celebrará el Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, que este año corresponde al 15 de noviembre de 2020

 Lema : “Tiende tu mano al pobre” (cf. Sirácida 7,32)

En el video tienes un podcast del mensaje completo de esta jornada.


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domingo, 1 de noviembre de 2020

Solemnidad de todos los santos.

 Solemnidad de todos los santos.

 En esta solemnidad la Iglesia celebra juntos la gloria y el honor de todos los Santos, que contemplan eternamente el rostro de Dios y se regocijan plenamente en esta visión.

Nos morimos y ¿qué pasa? Meditemos esta homilia de Francisco llena de esperanza llena del Señor


SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Cementerio romano del Verano
Viernes 1 de noviembre de 2013

   A esta hora, antes del atardecer, en este cementerio nos recogemos y pensamos en nuestro futuro, pensamos en todos aquellos que se han ido, que nos han precedido en la vida y están en el Señor.

   Es muy bella la visión del Cielo que hemos escuchado en la primera lectura: el Señor Dios, la belleza, la bondad, la verdad, la ternura, el amor pleno. Nos espera todo esto. Quienes nos precedieron y están muertos en el Señor están allí. Ellos proclaman que fueron salvados no por sus obras —también hicieron obras buenas— sino que fueron salvados por el Señor: «La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero» (Ap 7, 10). Es Él quien nos salva, es Él quien al final de nuestra vida nos lleva de la mano como un papá, precisamente a ese Cielo donde están nuestros antepasados. Uno de los ancianos hace una pregunta: «Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?» (v. 13). ¿Quiénes son estos justos, estos santos que están en el Cielo? La respuesta: «Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero» (v. 14).

   En el Cielo podemos entrar sólo gracias a la sangre del Cordero, gracias a la sangre de Cristo. Es precisamente la sangre de Cristo la que nos justificó, nos abrió las puertas del Cielo. Y si hoy recordamos a estos hermanos y hermanas nuestros que nos precedieron en la vida y están en el Cielo, es porque ellos fueron lavados por la sangre de Cristo. Esta es nuestra esperanza: la esperanza de la sangre de Cristo. Una esperanza que no defrauda. Si caminamos en la vida con el Señor, Él no decepciona jamás. 

 

   Hemos escuchado en la segunda Lectura lo que el apóstol Juan decía a sus discípulos: «Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce... Somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es» (1 Jn 3, 1-2). Ver a Dios, ser semejantes a Dios: ésta es nuestra esperanza. Y hoy, precisamente en el día de los santos y antes del día de los muertos, es necesario pensar un poco en la esperanza: esta esperanza que nos acompaña en la vida. Los primeros cristianos pintaban la esperanza con un ancla, como si la vida fuese el ancla lanzada a la orilla del Cielo y todos nosotros en camino hacia esa orilla, agarrados a la cuerda del ancla. Es una hermosa imagen de la esperanza: tener el corazón anclado allí donde están nuestros antepasados, donde están los santos, donde está Jesús, donde está Dios. Esta es la esperanza que no decepciona; hoy y mañana son días de esperanza.

   La esperanza es un poco como la levadura, que ensancha el alma; hay momentos difíciles en la vida, pero con la esperanza el alma sigue adelante y mira a lo que nos espera. Hoy es un día de esperanza. Nuestros hermanos y hermanas están en la presencia de Dios y también nosotros estaremos allí, por pura gracia del Señor, si caminamos por la senda de Jesús. Concluye el apóstol Juan: «Todo el que tiene esta esperanza en Él se purifica a sí mismo» (v.3). También la esperanza nos purifica, nos aligera; esta purificación en la esperanza en Jesucristo nos hace ir de prisa, con prontitud. En este pre-atarceder de hoy, cada uno de nosotros puede pensar en el ocaso de su vida: «¿Cómo será mi ocaso?». Todos nosotros tendremos un ocaso, todos. ¿Lo miro con esperanza? ¿Lo miro con la alegría de ser acogido por el Señor? Esto es un pensamiento cristiano, que nos da paz. Hoy es un día de alegría, pero de una alegría serena, tranquila, de la alegría de la paz. Pensemos en el ocaso de tantos hermanos y hermanas que nos precedieron, pensemos en nuestro ocaso, cuando llegará. Y pensemos en nuestro corazón y preguntémonos: «¿Dónde está anclado mi corazón?». Si no estuviese bien anclado, anclémoslo allá, en esa orilla, sabiendo que la esperanza no defrauda porque el Señor Jesús no decepciona.

 

miércoles, 28 de octubre de 2020

Conmemoración de todos los fieles difuntos. Indulgencias.

Conmemoración de todos los fieles difuntos. Indulgencias.

   Orar por los difuntos es una de las costumbres cristianas más antiguas. Después de la muerte no se rompen nuestros lazos con quienes fueron nuestros compañeros de camino. Encomendamos en nuestras oraciones a las almas del purgatorio para que pronto puedan alcanzar la patria esperada.

 

Indulgencias aplicables a los difuntos.

1. Los fieles que visiten devotamente el cementerio y oren, aunque sea sólo mentalmente por los difuntos, se les concede indulgencia -únicamente aplicable a las almas del purgatorio- la cual puede ser plenaria (cada uno de los días desde el 1 de noviembre al 8 de noviembre) o parcial (los demás días del año).

2. El día de la Conmemoración de todos los fieles difuntos, con el consentimiento del ordinario del lugar, el domingo antes o después, en todas las iglesias -y también en los oratorios a quienes por derecho corresponde- puede ganarse una indulgencia plenaria aplicable unicamente a los difuntos. La obra prescripta para ganar esta indulgencia es la devota visita de una de las iglesias u oratorios, en la que se rece el Padrenuestro y el Credo, añadiendo la confesión sacramental, la comunión eucaristica y una oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Se puede obtener desde el mediodía del día anterior hasta la medianoche del día señalado.


sábado, 24 de octubre de 2020

Aniversario de bautismo

 Aniversario de bautismo

   Es bueno tener presente y recordar nuestro aniversario de bautismo.

 


 

   Averigua la fecha de tu bautismo. ese día puedes rezar esta oración.

 

Señor Dios, Padre de bondad, 

hoy y siempre, ayúdame a renunciar

a todo lo que me impida amarte a ti

sobre todas las cosas

y al prójimo como a mi mismo; 

a todo lo que me impida vivir como buen hijo tuyo

en la familia cristiana, la Iglesia;

a todo lo que me impida comportarme como

verdadero testigo de Jesús, tu Hijo,

en medio del mundo.

Ilumíname, Padre Todopoderoso

para creer siempre más:

en ti, Creador del universo,

que nos llamas generosamente a completar tu obra;

y en Jesucristo, Hijo tuyo y Hermano nuestro, 

que haciéndose hombre, murió y resucitó

para salvarnos; 

y en el Espíritu Santo que vive en nosotros;

en la Iglesia, que es la familia visible de Jesús;

en la resurrección de los muertos y la vida eterna.

Porque esta es mi fe, Padre bondadoso, 

esta es la fe de la Iglesia,

la que me alegro de profesar

en Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

martes, 20 de octubre de 2020

Octubre Mes del rosario. Indulgencias.

 Octubre Mes del Rosario.

 Octubre es el mes del rezo del Santo rosario.

    Oración evangélica centrada en el misterio de la Encarnación redentora, el Rosario es, pues, oración de orientación profundamente cristológica. En efecto, su elemento más característico —la repetición litánica en alabanza constante a Cristo, término último de la anunciación del Ángel y del saludo de la Madre del Bautista: "Bendito el fruto de tu vientre" (Lc 1,42). Diremos más: la repetición del Ave María constituye el tejido sobre el cual se desarrolla la contemplación de los misterios; el Jesús que toda Ave María recuerda, es el mismo que la sucesión de los misterios nos propone una y otra vez como Hijo de Dios y de la Virgen, nacido en una gruta de Belén; presentado por la Madre en el Templo; joven lleno de celo por las cosas de su Padre; Redentor agonizante en el huerto; flagelado y coronado de espinas; cargado con la cruz y agonizante en el calvario; resucitado de la muerte y ascendido a la gloria del Padre para derramar el don del Espíritu Santo. Es sabido que, precisamente para favorecer la contemplación y "que la mente corresponda a la voz", se solía en otros tiempos —y la costumbre se ha conservado en varias regiones— añadir al nombre de Jesús, en cada Ave María, una cláusula que recordase el misterio anunciado. (MARIALIS CULTUS 46)

 

Santo rosario

     Indulgencias para el Rosario.

   Plenaria. Se concede al rezo de cinco misterios del mismo en una iglesia u oratorio, o bien en familia, en comunidades religiosas o en una asociación piadosa.

   Parcial. Se le concede al Rosario en otras circunstancias. 

   1. Debe rezarse en forma continua.

   2. Añádase a la recitación vocal la meditación de los Misterios.

   3. En la recitación pública, los Misterios deben anunciarse conforme a la costumbre del lugar.

   4. En la recitación privada basta que a la oración vocal se una la meditación del Misterio. (Enchiridion Indulgetarium, 3ra edición, 199, concesión17#1)


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